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miércoles, 4 de abril de 2012

la esencia


El inquilino lleva mucho tiempo hablándome de la esencia. No termino de entender con exactitud que es eso de la esencia, porque cuando converso con el inquilino a veces se nos mezcla el alma, la mente, conceptos todos ellos de definición tan amplia que vaya usted a saber lo que significan en realidad.

Finalmente, después de tanta conversación, el Inquilino me dijo: "Mira Manolo, no le des más vueltas. Puedes adornarlo tanto como quieras, puedes revestirlo de capas y más capas para que parezca otra cosa, pero al final da lo mismo, tras el maquillaje, la ropa, la religión, la política, la profesión, el equipo de fútbol, la situación económica, los gustos musicales, las aficiones conocidas, las desconocidas y las secretas, la comida favorita del puchero de la abuela, tras cualquier otra capa, adorno o cobertura que puedas o quieras imaginar, estás tú. Sólo tú, en estado puro, lo que eres en realidad y dicta tus instintos primarios; y eso, por mucho que trates de controlarlo, esconderlo, engañarlo, incluso negando, sigue estando ahí, quieras o no. Y llegará un momento e que te verás en una situación crítica, da lo mismo que sea emocional, económica, laboral, religiosa; en ese momento todo lo que tú eres echará a un lado a todo lo que has aprendido, todo aquello que ha condicionado tu comportamiento, todo aquello que te hacía sopesar los pros y los contras de cada decisión para medir tu respuesta. Todo ello desaparecera, porque ni te acordarás de ello. En ese momento crítico, esa situación de vida o muerte o ese punto de no retorno que exigirá una respuesta instantánea, será tu esencia lo que decida una respuesta primaria que reflejará lo que eres en realidad"

Este inquilino mío le da muchas vueltas, la verdad, menos mal que es él quien carga con el peso de las reflexiones sesudas, y me deja a mí las facilonas, esas que tratan con el día a día, con el qué me pongo, a quién voto, de qué equipo me hago y esas cosas. Pero llevo ya un buen rato hablando conmigo mismo al respecto y, de repente, hace ya varias horas, le lancé una pregunta al Inquilino:

"Oye, Inquilino, ¿y qué pasaría si un grupo grande de gente, digamos un país, o una parte significativa de él, se viera enfrentada a esa situación crítica al mismo tiempo? Quiero decir, ¿y si de repente millones de personas se encuentran en esa situación límite que hace que 'cualquier cosa pueda pasar'?"

En mi cabeza escuché una respiración extraña, angustiada, seguida por varios segundos de silencio. De pronto, unos pasos rápidos, ansiosos, retumbaron en mi cabeza alejándose cada vez más rápido de mi yo consciente.

"¿Inquilino? ¿Inquilino? Oye, ¿eras tú quien salió corriendo? Inquiliiiiiiinoooooooooo"

Llevo horas llamándole sin éxito; creo que se asustó tanto de la respuesta, que salió corriendo. Y es que el Inquilino, aunque no lo parezca, es mucho más sabio que aquellos que están poniendo a todo un país al borde de "uno de esos momentos"

1 comentario:

  1. Espero que, antes de salir huyendo despavorido, te haya pagado el alquiler y dejado la "vivienda" de tu cabeza como Dios manda.

    Ya no hay inquilinos como los de antes, Ni "viviendas" de renta antigua, ni leyes Boyer, ni actualizaciones de la renta, ni...

    ¡Qué tiempos nos ha tocado vivir, Manolo!

    Un gran abrazo.

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