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martes, 27 de abril de 2010

A vueltas con el pañuelo...

Hoy no me he levantado muy católico, valga la expresión para el tema del que voy a hablar, y he decidido meterme a jardinero… vamos, que me voy a meter en un jardín, del que espero salir sin muchos rasponazos...


Que no. Que no es un problema religioso, por mucho que nos lo quieran hacer ver. En este caso, es un problema de disciplina interna de un colegio... en el de mis hijos, por ejemplo, el reglamento interno también prohíbe llevar cubierta la cabeza; y enseñar la ropa interior; y los piercings; y los tatuajes visibles. Y los padres, al inscribir a nuestros hijos, aceptamos ese reglamento. Lo que significa que un niño maorí, con el cuerpo tatuado de acuerdo a sus tradiciones ancestrales, tendrá que taparlos para continuar en el colegio. O que su compañera, por mucho que quiera, no podrá lucir ni el piercing del ombligo, ni el tanga por encima de los pantalones. Y que nadie puede llevar la cabeza cubierta, sea por el motivo que sea, siempre y cuando no vaya contra su salud.

En este caso, la niña ya iba al colegio sin pañuelo, de acuerdo con el reglamento que el resto también acata. Y de repente decide ponérselo, o su padre decide que se lo tiene que poner, lo cual está bien, o no, pero va en contra del reglamento del colegio. Sus compañeros no pueden ponerse la capucha en la cabeza ni cubrirse con una gorra. No es un problema de libertad religiosa sino de cumplimiento de unas reglas comunes de convivencia

Es un problema muy serio. Es el problema de la integración, en el que estamos fallando a fuerza de querer ser más santos que Santa Teresa. Vamos a ver; yo he trabajado en el extranjero, y en mi familia ha habido emigrantes. Para lo cual aprendimos el idioma y tratamos de integrarnos en la sociedad que nos recibía, que es lo que marca el sentido común. Además, tratamos de mantener nuestra identidad, pero siempre tratando de mantenernos dentro de un marco amplio de respeto al país que nos acogía...

Pero hay ciertos colectivos con los que esto no vale; resulta que si yo voy a Arabia Saudí, Emiratos Arabes, Yemen, o cualquier otro país confesional musulmán, mi mujer DEBE andar detrás de mí; mi mujer DEBE llevar la cabeza tapada; mi mujer NO PUEDE conducir. Etcétera. Etcétera. Etcétera. Es decir, que allí, me tengo que adaptar yo; y cuando vienen aquí, ¿también nos tenemos que adaptar nosotros? A ver, que esto no es así... ¿Aquí no tocaba que se adaptaran ellos? Adaptación...

Porque tengamos una cosa clara, este problema no se presenta con familias musulmanas que llevan generaciones en España, están totalmente integradas y adaptadas y no sufren ni generan ningún problema parecido; luego no es un problema religioso. Se presenta con familias musulmanas que acaban de llegar, y que lejos de querer adaptarse para integrarse, quieren seguir viviendo exactamente igual que en su país.

Lamentablemente, fallamos en ser firmes y explicarles lo que nosotros, generalmente, aceptamos al emigrar: que para vivir igual que en mi país, me tengo que quedar en mi país. Que "donde fueres, haz lo que vieres". Que afortunadamente aquí hay libertad de culto, no como en muchos otros países, pero que las reglas de convivencia en un país con libertad de culto deben estar dictadas al margen de la religión, porque entonces los miembros de la Iglesia de la Cienciología, o los Testigos de Jehová, o los Budistas, o los Protestantes, o los Católicos, o los Hindúes, podrían exigir también que en cada colegio se respetaran como norma sus indumentarias, horarios, costumbres, etc. Y esto sería el caos.

Porque, al final, todo es una cuestión de límites; ¿dónde ponemos el límite aquí? ¿En el pañuelo? ¿En el velo que sólo deja al descubierto los ojos? ¿En el burka? Señores, seamos sinceros por una vez. En este caso, afortunadamente, España es diferente. O debería serlo. Y la mujer, se supone, es igual al hombre. Ante la ley laica, que es la única que nos afecta y regula a todos por igual y que está por encima de las normas religiosas. Es decir, que tu religión “x” te puede exigir matar un hombre cada día 14 del mes, pero la Ley Española te meterá en la cárcel; tu religión “x” te puede permitir robar los días impares, pero la Ley Española te meterá en la cárcel. Porque la ley civil es la que regula y garantiza nuestras libertades, por encima de las creencias y preferencias de cada uno. Para que todos seamos iguales frente a los demás.

Esto es España. Así es España. Bienvenido a España. Tenemos cosas buenas y cosas malas, pero no seremos tan malos cuando quieres venir... vengas de donde vengas.

Así que por favor, con todo respeto, si quieres venir a España, que es mi casa, eres bienvenido. Pero no esperes que obligue a mi mujer a mirar al suelo en tu presencia. Y lo siento, pero en mi casa tu mujer es igual que tú, así que debe poder hablar y opinar igual que tú, y debe poder mirar al mundo de igual a igual.

2 comentarios:

  1. Por fin, de verdad por fin escucho o en este caso leo algo sensato.

    En mi familia se fueron hace años a Francia y alli tenian que ir con contratos de trabajo y tenian que adaptarse y encima estaban muy agradecidos.

    Esto no es un problema de religiones...cuantas periodistas que viajan a estos paises son obligadas a ir con pañuelos? los señores no son obligados a nada.

    Las normas estan para cumplirlas y al que no le gusten que no venga, si en el colegio antes no se ponia el pañuelo, pensemos...quizas la obligaron para asi tener una escusa y que deje el instituto....en fin yo soy de las que dice "Donde fueres, haz lo que vieres".

    felicidades por esta gran entrada.

    besos

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  2. Permíteme decirte, querido Manolo, que no abordas el tema en profundidad.

    Estos sucesos no son casuales, tampoco excepcionales y menos espontáneos.

    Estos sucesos están perfectamente planificados por el islamismo radical, en un afán de desestabilizar España. Cada poco tiempo hay un suceso de este u otro tipo. Recordemos el asalto a la Mezquita de Córdoba, con el resultado de un vigilante herido y amenazas de estos energúmenos cuchillo en mano, sin que se hayan depurado responsabilidades de ningún tipo.

    Es decir, con el beneplácito de los botarates que nos gobiernan o con la debilidad que les produce su miedo.

    Y habrán más sucesos y cada vez más serios y encarnizados. Todo ésto, lo trae el "papeles para todos" y la "Alianza de Civilizaciones".

    Tenemos mala memoria los españoles. Vete a la hemeroteca y busca aquella manifestación en la que el lema era:

    "¡Jomeini, cabrito, ponte tu el velito!ª

    Mira bien quiénes eran los asistentes. Son exactamente los mismos que ahora claman por la libertad de expresión en forma de velo de esta gentuza. Cuando ese velo, es una expresión gráfica del sometimiento de la mujer al hombre.

    Esta niña, es la hija del Imán de Pozuelo. Sintomático, ¿no?

    Y, como hablamos de libertades, propongo que, los alumnos y alumnas que asistan al colegio que la va a acoger, el Instituto Gerardo Diego, acudan a sus clases con los tocados de sus lugares de origen.

    Es decir, los aragoneses con el cachirulo, los andaluces con sombrero cordobés, las andaluzas con traje de faralaes, los madrileños con la palpusa bien colocada en su cabeza y las madrileñas vestidas de Manolas bien chulapas.

    A ver qué pasa.

    Este Estado que se declara "aconfesional", (que no laico), ha sido muy diligente en quitar los crucifijos de las aulas de las clases de nuestros políticos pero, al mismo tiempo, declara la libertad para llevar el velito.

    ¡Así nos va!

    Un abrazo.

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