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jueves, 16 de junio de 2011

El pan nuestro de cada día


Demasiado tiempo de inactividad en el blog, fundamentalmente porque el Inquilino está obsesionado con su otro blog, el de las fotografías, y porque está bastante harto de pensar en qué escribir y que sólo se le ocurran historias de desencanto con la sociedad en que vivimos y con la cruda realidad que nos toca vivir cada día.

El pan nuestro de cada día lo constituyen últimamente noticias de corrupción, vileza, dejadez, hipocresía, historias en definitiva de mala gente que nos gobierna desde uno y otro ámbito: la política, sí, pero también las grandes empresas, los bancos, los tan temidos "poderes fácticos" disfrazados hoy en día en el anonimato de "los mercados".

El pan nuestro de cada día lo constituyen últimamente noticias de pobreza, deseperación, desilusión, desesperanza, búsqueda de un trabajo que permita el sustento de las familias; historias de resignación a perder unos derechos que costó siglos conseguir y un par de años perder, historías de asunción de que lo peor está por llegar, que todos -no, no todos, sólo nosotros, los de siempre- tendremos que renunciar a parte de nuestros sueños y recortar nuestros salarios, mientras vemos cómo nuestros gobernantes y los otros dueños del corral no renuncian a nada y siguen viviendo con el lujo propio de un príncipe, cada vez más cercano a los príncipes del medievo que no salían de sus palacios para no tener que ofender su vista con la miseria que les circundaba, pero que mandaban sus mesnadas a recaudar los impuestos -unos- y los diezmos -otros-.

Y a todo esto, hoy cumplo 40 años. Mis primeros 40. Justo ahora, que se supone debería mirar a la vida con optimismo, pensando que ahora es cuando se conjugan un estado físico razonable y una buena dosis de experiencia, cuando más preparado se me supone para afrontar retos futuros, miro alrededor y me dan ganas de prenderle fuego al país entero. Al menos de esa forma podría pensar que les lego a mis hijos un páramo, en lugar de un estercolero; un desierto, en lugar de una pocilga. Porque no nos engañemos, al menos en los páramos y en el desierto encuentra uno cierta belleza que le eleva el ánimo; pero mirando a lo que tenemos alrededor...

Menos mal que ese Inquilino que tanto me habla a veces y que tan solo me daja otras me susurró hace tiempo "Además de lo maravilloso de tu familia y tus amigos, en los que siempre que les miras, en la circunstancia que sea, encuentras algo bello, te queda la fotografía: y lo bueno de la fotografía es que te permite ver con qué ojo quieres ver la realidad; sólo tienes que cerrar el otro, enfocar y disparar".

Así que desde hace un tiempo voy andando por la calle con un ojo cerrado, aun a riesgo de pegarme un buen trompazo; al menos así puedo decidir qué parte de la realidad prefiero ver. En el caso de la foto, las espigas me parecieron mucho más interesantes que el estercolero...

3 comentarios:

  1. Pero si eres muy jovencito!

    Muchas felicidades y que cumplas muchos mas y yo que siga disfrutando con tus entradas...

    yo hace tiempo que miro como tu y disfruto la vida de otra manera....

    Besos

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  2. ¡¡¡Muchísimas felicidades Manolo!!! Yo intercambiando mails contigo ayer y sin saber que era tu cumple. ¿Has abierto oficialmente tu regalo? Disfruta de tu entrada en los 40.

    Al margen de la realidad que otros colorean por nosotros, está la realidad de cada uno, que no tiene por que tener nada que ver, con ese color marrón que nos rodea.

    Muchos besos y que tengas un año lleno de paz e ilusiones.

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  3. Quién los tuviera !!!
    MuChAs FeLiCiDaDeS !!
    y anímate, que el buen humor y la esperanza son necesarias para la acción, y para las buenas acciones que este mundo (especialmente nuestro paigsss necesita)
    Un fuerte abrazo desde París, para tí y para tu inquilino

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