Lo mejor de este blog...

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Historias de El Retiro (VI - Limón granizado)

Todo un día de verano juntos, sin saber muy bien qué hacer... hablando, paseando, recorrimos El Retiro durante horas, intercambiando confidencias; esto sí, esto no, aquello quién sabe...De vez encuando, accidentalmente, un roce de nuestros hombros, o mejor todavía de la piel desnuda de nuestros brazos que me produce una descarga eléctrica y me pone muy, muy nervioso...
En algún momento insinué la mano por su espalda, no demasiado alto para no forzar un acercamiento, no demasiado bajo para que no piense que quiero ir demasiado rápido... mi padre a eso lo llama "marear la perdiz", aunque no termino de ver claro a qué se refiere, qué tendrán que ver las perdices con todo esto... el caso es que no he notado respuesta por su parte...

De repente ella tomó la iniciativa y me dijo "Tengo mucho calor, ¿te apetece un limón granizado?" apenas conseguí balbucear una respuesta cuando ella, suspirando, me agarró la mano y, tirando de mí, "anda, vamos" nos dirigió hacia el kiosko. Menos mal que me dejó pagar, al menos no dejo de tener la impresión de que mantengo algo de iniciativa...

Pero es sólo una impresión, me vuelve a agarrar de la mano libre y me lleva al monumento que hay al lado del estanque, busca el lado de la sombra y me "descubre" por casualidad este rinconcito donde nos  acomodamos, entrecruzamos las piernas, bendito limón granizado que me ha dado más en un minuto de lo que yo he conseguidoen toda la mañana...

Me mira a los ojos y me pregunta "¿qué piensas?" por supuesto, no se qué decir, me aturullo, realmente no puedo decirle lo que pienso, me llamaría guarro y saldría corriendo, y seguro que encima me sacude un bofetón... ella me mira, sonrie, "¿se está bien aquí, verdad?" cambia de postura y se acerca más, con el vaso frio del limón granizado sobre mi muslo y el calor de su brazo desnudo sobre mi rodilla, me voy a volver loco.

Está decidido, en cuanto se acabe el limón pasaré al ataque, de hoy no pasa, aquí, ahora, o cae ella o me caigo yo con todo el equipo, pero no puedo seguir así, me va a dejar por aburrido... o por cobarde... me mira, sonrie y pega un sorbo largo al limón; miro el vaso y descubro que no ha bajado el nivel, me está engañando, ¿o quizá me está dando tiempo a decidirme? Si ya estoy decidido... y ella ha dejado de mirarme, ahora sólo mira al vaso mientras simula beber, y cada vez estoy más nervioso...

¿¿¿Se acabará de una vez el maldito limón???

3 comentarios:

  1. Jolin, jolin con la historia...ya no me acordaba de tiempos pasados jajajajajaja gracias por hacerme recordar....como la vida misma jajajajaja

    felicidades cazador de momentos.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Noto cierta nostalgia en tus palabras... debe ser cosa de los 40, porque a mi se me ha puesto la piel de gallina recordando esos momentos, esa emoción, ese cosquilleo, esas hormonas a flor de piel...
    Me ha gustado mucho.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Pero, vamos a ver. Si te lo está poniendo en bandeja.

    ¿No te das cuenta que las chicas son guerreras?

    ¡Al ataqueeeerrrrr!

    ¿Sabes? Me has recordado mis tiempos mozos, (es decir hace unos dos años.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar